La colecistitis aguda es
la enfermedad más característica de la vesícula y las vías
biliares. Es un proceso inflamatorio que se desarrolla en la pared de
la vesícula biliar, causado principalmente por cálculos
(litos/piedras) que obstruyen el conducto cístico en el 95% de los
casos.
Otras causas son las
infecciones, los traumatismos (accidentes), el consumo de alcohol, el
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), la diabetes (5%) y,
en ocasiones, tumores.
A consecuencia de la
obstrucción, la bilis atrapada se concentra y causa la inflamación
química de la vesícula, lo cual puede conducir a la infección y
perforación. El aumento de la presión dentro de la vesícula genera
dolor y, en casos graves, una gangrena de la vesícula.
El cuadro clínico
característico es el dolor en el cuadrante superior derecho del
abdomen (hipocondrio derecho) irradiado hacia el hombro y espalda. Se
presenta generalmente después de comer y se mantiene por varias
horas. Generalmente es episódico (va y viene) y puede acompañarse
de náusea, vómito y fiebre. Si además de lo anterior aparece una
coloración amarillenta (ictericia) debe considerarse una obstrucción
importante de la vía biliar.
Los
síntomas se mantienen hasta por 72 horas, remitiendo espontáneamente
y normalizándose en un lapso de ocho a diez días. Si el cuadro no
remite y se intensifica el dolor, debe sospecharse la presencia de
una complicación. El ultrasonido de hígado y vías biliares es la
técnica diagnóstica de elección. Es un método seguro, rápido y
exacto para establecer el diagnóstico de colecistitis aguda.
Las complicaciones frecuentemente asociadas son: perforación, peritonitis, abscesos, gangrena, fístulas e íleo biliar. El tratamiento de la colecistitis aguda es médico (inicialmente) y quirúrgico electivo (cirugía programada), aunque en algunos casos es necesario realizar el tratamiento quirúrgico de manera urgente. El objetivo inicial es reanimar y estabilizar al paciente, para posteriormente prepararlo para la cirugía. En ocasiones es necesario colocar una sonda nasogástrica para descomprimir el estómago.
Las complicaciones frecuentemente asociadas son: perforación, peritonitis, abscesos, gangrena, fístulas e íleo biliar. El tratamiento de la colecistitis aguda es médico (inicialmente) y quirúrgico electivo (cirugía programada), aunque en algunos casos es necesario realizar el tratamiento quirúrgico de manera urgente. El objetivo inicial es reanimar y estabilizar al paciente, para posteriormente prepararlo para la cirugía. En ocasiones es necesario colocar una sonda nasogástrica para descomprimir el estómago.
Se acepta que el
tratamiento indicado para la colecistitis aguda es la
colecistectomía, abierta o laparoscópica. Sin embargo las
estadísticas mundiales recientes muestran claras ventajas en la
técnica laparoscópica, incluyendo menor dolor, menor estancia
hospitalaria y reincorporación temprana a las actividades
cotidianas.
Como cualquier
procedimiento quirúrgico presenta riesgos, beneficios y posibles
complicaciones, incluyendo los riesgos de la anestesia, sangrado,
lesión de la vía biliar, lesión de estructuras vecinas,
dehiscencia de herida, infección, hernias, conversión a cirugía
abierta e, incluso, la muerte. Desde luego estos riesgos son, por
mucho, menores al riesgo de no atenderse en forma oportuna. Su médico
le explicará a detalle el procedimiento y los riesgos, así como el
pronóstico esperado.