1 de noviembre de 2014

HERNIA UMBILICAL

Definición.

Una hernia umbilical describe una protrusión alrededor del ombligo que puede contener parte del intestino, o la membrana adiposa que se encuentra dentro del abdomen (epiplón u omento), o ambos.

Las hernias a menudo sobresalen a través de zonas débiles; el área umbilical es una de esas áreas. Es ahí donde los vasos sanguíneos de la madre proporcionan al feto nutrientes y donde, después del nacimiento, esos vasos se desprenden, y dejan el ombligo como su recordatorio de por vida. Las hernias umbilicales en bebés por lo general se cierran espontáneamente hacia los cuatro años de edad.

Una hernia umbilical por lo general ocurre cuando el tejido conectivo (aponeurosis) de la pared del abdomen se debilita alrededor del área del ombligo (esto es, la hernia es adquirida, no congénita). El debilitamiento ocurre durante un periodo de años hasta que el contenido del abdomen sobresale en forma de un saco, y se forma un abultamiento alrededor del ombligo.

Una hernia umbilical recién formada por lo general es pequeña y sólo contiene el epiplón adiposo, sin embargo, conforme crece la hernia más contenido del abdomen se involucra.

En un adulto, la acumulación interna de presión contra la pared del abdomen puede contribuir a la formación de hernia umbilical. Una hernia puede formarse después de trabajo de parto prolongado, en especial luego de múltiples embarazos. También puede ser el resultado de la acumulación de líquidos en el abdomen (ascitis) por causas como enfermedad cardiovascular, hepática o renal; por tumores abdominales grandes; por obesidad extrema, o por bronquitis o asma.

Las hernias umbilicales en adultos tienden a quedar atascadas (incarceradas), lo que estrangula el contenido intestinal y exige intervención quirúrgica urgente. Por ende, se recomienda que la hernia se repare tan pronto como sea posible después de que se descubra.

Riesgo.

los individuos obesos tienen riesgo importante de presentar hernia umbilical debido al aumento de la presión intraabdominal.

Cualquier acción que aumente la presión en la cavidad abdominal, como toser, vomitar, levantar objetos pesados, o hacer esfuerzo al defecar, también incrementa el riesgo.

Las hernias umbilicales son más frecuentes en mujeres que en varones y pueden ocurrir a cualquier edad.

Interrogatorio.

Los individuos con una hernia umbilical refieren una protrusión por arriba o por abajo del ombligo, que se expande al toser (impulso expansivo de la tos) o al hacer esfuerzo con el abdomen. Es posible que no haya dolor relacionado, aunque con cierta frecuencia hay dolor en el área del abultamiento al toser o al hacer esfuerzo.

Examen físico.

Una hernia umbilical se identifica por un abultamiento o una debilidad por arriba del ombligo o por debajo del mismo. Es posible que haya alteraciones del color de la piel que cubre la hernia. La extensión de la hernia por lo general puede sentirse con la mano (palpación), y puede ser pequeña o grande. En general, la masa que sobresale a través del sitio de incisión no se puede regresar hacia la cavidad abdominal con un dedo (es irreducible).

Pruebas y estudios complementarios.

El diagnóstico no plantea dificultades y, por lo general, no se necesitan pruebas.  En casos especiales pueden usarse tomografía computarizada, ultrasonografía, o radiografías auxiliadas con medio de contraste para visualizar la naturaleza del contenido herniado.

Tratamiento.

Cuando una hernia umbilical pequeña se empuja con facilidad de regreso hacia el abdomen (reducible) en un adulto de peso normal, se puede realizar la operación de manera ambulatoria.

Las hernias umbilicales grandes por lo general se tratan mejor con intervención quirúrgica (procedimiento de Mayo) aunque en ocasiones será necesario incorporar una prótesis o malla de polipropileno para proporcionar apoyo y mantener dentro del abdomen el saco herniado. Las hernias umbilicales muy grandes son frecuentes en individuos en extremo obesos, y quizá sea necesario extirpar grandes porciones de grasa (lipectomía) para reparar la hernia.

Pronóstico

Por lo general se recomienda reparación quirúrgica. Más de 90% de los individuos saludables tratados quirúrgicamente con reparación con red pueden egresar del hospital el mismo día de la operación.

Las complicaciones de una hernia umbilical no operada pueden incluir incarceración del saco herniado y su contenido. En consecuencia, puede suspenderse el flujo de sangre hacia el tejido (estrangulación), y el tejido puede necrosarse. Hay dolor, vómito, estreñimiento completo e incluso choque. Esta condición es una urgencia médica.

Otras complicaciones posibles de la hernia umbilical comprenden rotura del saco herniario, ascitis, infección, distensión del abdomen, neumonía, acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar), alteraciones del color de la piel debido a disfunción hepática (ictericia), sangrado (hemorragia) intestinal, y problemas de los riñones (renales).

Posoperatorio.

Deben esperarse restricciones sobre levantamiento de objetos y actividad física extenuante durante varias semanas después de la reparación quirúrgica de hernia umbilical.

Después de la recuperación, el individuo por lo general puede regresar al trabajo en su capacidad completa, sin minusvalidez. Rara vez (menos del 5%), una hernia umbilical recurrirá después de reparación quirúrgica aunque siempre hay que avisar al médico si hay una enfermedad coexistente, como obesidad grave, diabetes o cáncer, que pueda complicar el tratamiento o afectar la recuperación.

Incapacidad laboral.

Los factores que pueden influir sobre la duración de la incapacidad comprenden la gravedad de la hernia, el procedimiento quirúrgico usado como tratamiento, la presencia de complicaciones y la naturaleza de las mismas, y los requerimientos laborales.

Los sujetos de edad más avanzada (mayor que 35 años de edad) tienden a tener un periodo de incapacidad más prolongado.